No me
busques, pues cuando lo haces, me lastimas. No me busques, porque tu ego solo
se eleva al pensar que todavía me importas. No me busques, porque ya no queda
nada más que yo pueda darte. Me iré, porque mi relación contigo ya no da para más.
Me iré pues, sencillamente, quedarme a tu lado es un caso perdido. Sé que mil
veces te dije “me voy” y mil veces cedí ante tus falsas promesas de que
cambiarias y confundí tu capricho de tenerme a tu lado con algo tan bello como
es el amor. En realidad, no me amas. Ya es hora de que yo asimile que tú,
jodidamente, no me amas. Solo me quisiste coleccionar como a las tantas mujeres
que ya has coleccionado. Por eso, me iré y jamás volveré. Pues, me di cuenta
que por tu amor perdí muchos años de mi vida. Pero, gracias a Dios, todavía me
queda mi felicidad. Sí, mi felicidad. Pues, comprendí que mi felicidad solo
depende de mí y no del poco amor que puedas tu darme. Muchos años tuvieron que
pasar para que yo entendiera lo hermosa e importante que soy. Muchos maltratos
de tu parte tuvieron que ocurrir para que yo comprendiera que mi vida vale
demasiado. Es por eso que aquí estoy, arreglándome, poniéndome mi mejor ropa,
cuidando mi cuerpo y mirándome al espejo diciéndome lo cuan bella y valiosa
soy. Mi valor no depende de cuánto me puedas aceptar o no. Pues, no corazón. Yo
no soy tuya como tantas veces me repetiste, no soy de tu propiedad. Tranquilo,
yo también pensé que sin ti no sería nada. Pero, me di cuenta que soy mucho más
de lo que yo creía. Así que, por favor, no me busques. Pues, de mi antigua yo
ya no queda nada.
martes, 14 de noviembre de 2017
Que te levantes, te digo.
Que te levantes, te digo. Levántate y
anda. Saca todo tu dolor. Deja ya de quedarte tirado esperando como pasan los
años. Deja ya de quedarte estancado. Limpia tus zapatos del lodo al que tú
mismo has entrado y camina hacia un lugar distinto. ¿Qué no te cansas de que
cada día tu miedo y tu ansiedad se roben cada parte que conforma tu ser? ¿No
crees que ya es suficiente? ¿Aun no sientes que estas cargando un peso
innecesario? Que te levantes, te digo. Basta ya de bajar la cabeza. ¿Acaso has
hecho algo de lo que te sientes avergonzado o puede avergonzar a alguien más?
Si no es así, levanta la cabeza. Eres valioso y mereces tener tu cabeza muy en
alto. ¡Levántate ya! No quiero lágrimas. Pues, a penas la guerra comienza. Que
no hayas ganado el primer round, no te convierte en un perdedor. El mayor
fracaso que puede cometer una persona es tenerle miedo al fracaso. Basta de
llorar. Cada lágrima debe tener una razón para ser derramada. La depresión es
el resultado de quedarse estancado en el pasado. Hay tres tiempos verbales. El
pasado que ya ha sucedido, el presente que está sucediendo y el futuro que esta
por suceder. ¿Por qué no miras tu presente? Tu pasado y tu futuro no deben
importarte. La ansiedad, a diferencia de la depresión es tenerle miedo al
futuro, al que pasara. Yo te sigo preguntando, ¿Por qué no miras tu presente? Que
te levantes, te digo. No levantarte es negarte la vista de un hermoso amanecer,
de decirle que no a un rico café por las mañanas, no recibir las hermosas
sonrisas de tus seres queridos, negarte a vivir otro día mas, no darte otra
oportunidad. Por favor, seca tus lágrimas y sigue caminando. No resuelves nada
quedándote ahí tirado llorando por lo que no fue, por lo que no sucedió y
querías que sucediera o por lo que sucedió y no querías que sucediera. Dios te
ha regalado 365 días. Dichos 365 días son 365 oportunidades para cambiar, 365
formas de hacer las cosas bien, 365 razones para seguir luchando. Estas siendo
injusto y egoísta contigo mismo. Te estás negando a ser feliz. Dile “adiós” a
todo lo que te atormenta y levántate. Ya es tiempo de partir. La vida sigue con
o sin ti, pero créeme que contigo es todo mucho mejor. Eres necesario. Eres
suficiente. Eres importante. Hazme caso y levántate. Que te levantes, te digo.
Carta para un ex amigo
Los amigos son
importantes en nuestras vidas, ellos nos ayudan a caminar y son trascendentales
en nuestro camino. Con ellos compartimos risas, lagrimas, momentos de alegría y
momentos de tristeza. Unos, son para siempre. Otros, se quedan solo por un tiempo.
De cualquier forma, es duro cuando nuestro vínculo de amistad con esa persona
se rompe. Nos duele tanto o más que una relación de pareja. A pesar del dolor,
es necesario comprender que no todos los amigos son para siempre y que cuando
sale una persona de nuestras vidas es porque una mejor esta por entrar.
Querida/o
amiga/o:
Te extraño.
Extraño esos días en que hablábamos hasta altas horas de la noche. Extraños
esos momentos de felicidad. Extraño tus locuras y tu risa contagiosa. Extraño
lo bien que me hacías sentir. Extraño esos chistes que solo tu yo
comprendíamos. Extraño tus bromas, tus caras raras y los apodos que solíamos
ponernos. Extraño cuando me protegías. Extraño que me tomaras en cuenta y que
me llamaras a diario solo para molestarme. Extraño que cuando peleábamos, a los
pocos minutos ya estábamos igual que siempre. Extraño que pudieras escucharme y
me entendieras mejor que nadie. Extraño cuando ibas a mi casa y hacíamos cosas
juntos. Extraño cada parte de ti. Sigo sin entender por qué te fuiste cuando yo
pensaba que todo estaba más que bien. Me pregunto por qué te has ido sin
siquiera darme una explicación. Te alejaste sin decirme por qué. Detesto que
ahora hablamos y nuestras conversaciones sean cortas cuando antes, me dolían
los oídos de tanto hablar contigo por teléfono. Es incómodo que la gente me
pregunte por ti pues, en realidad no sé cómo estás porque ya no hablamos. Es
extraño que si me ves, no te dignes a voltear a saludarme. No me gusta saber
que si estas mal, ya no me buscas. Detesto ver que ya no somos como antes. A
pesar de que me tratas como a alguien más del montón, te sigo queriendo. Sin
embargo, ya no te buscare. No por odio ni rencor, sino porque la amistad no se
obliga, se da de forma natural. Espero que de verdad consigas a alguien que te
quiera mucho más que yo, que haga de tus días los más alegres y felices. Yo
también encontrare a alguien que me quiera mucho y que si aprecie mi amistad.
Te agradezco por haberme dejado entrar en tu vida y nunca olvidare los lindos
momentos que pasamos juntos.
Un beso,
Tu amigo/a.
domingo, 10 de abril de 2016
Vivir el presente
Existen tres únicos tiempos: El pasado, en el cual los hechos sucedieron. El presente, cuyos hechos están vigentes. El futuro, cuyos hechos aún no han sucedido.El ser humano durante toda su vida se ha empeñado en vivir solo dos de estos tiempos: el pasado y el futuro. Sin embargo, se olvida de que el presente es el más importante. Vivimos diariamente pensando en lo que ya pasó, en lo que no pudo ser, en lo que hubiéramos podido hacer en tal situación y en los errores que cometimos (el pasado) o, peor aún, queremos predecir lo que va a ocurrir pensando qué cosas van a pasar en nuestras vidas, qué será de nosotros en tantos años o cuán exitosos podremos ser. No obstante, nunca nos centramos en el tiempo que realmente importa: el presente. Nunca nos ponemos a pensar en lo que pasa, en lo que estamos viviendo, en el día a día, en lo que podemos hacer hoy y ahora.
El tiempo es indiscutiblemente inexorable, es decir, no podemos evitar el paso del tiempo. Con esto quiero decir que no podemos quedarnos estancados por aquellas cosas que no sucedieron, pues hay cosas que, por más que nos esforcemos, definitivamente no deben suceder. Tampoco debemos quedarnos imaginando asustados por lo que va a ocurrir, pues nuestro futuro es incierto. Lo que sí podemos y debemos hacer empezar a accionar hoy y ahora. Debemos vivir nuestro presente, pues las acciones y la toma de decisiones que hagamos en el presente, serán la base de nuestro futuro.
El pasado ya fue. El futuro aún no ha llegado. El presente es lo que realmente importa. Así que no te agobies por lo que ya pasó y no intentes descifrar lo que va a suceder. Pon tus energías en lo que pasa, en lo que actualmente sucede. Sólo así podrás ser feliz contigo mismo y estarás en paz con lo que gira en torno a ti.
Pero, si no sabes cómo empezar a vivir tu presente, te traigo unos simples consejos:
*Siente más, piensa menos: Puede sonar un poco raro esto, pero realmente funciona. Sucede que cuando pensamos tanto, dejamos de sentir y de percibir todo lo que está a nuestro alrededor.
*Acepta las cosas que no puedes cambiar: Reconocer que no todo está bajo tu control puede ayudarte a desahacerte del pasado.
*Vuelve al presente: En ocasiones, nos ponemos a recordar cosas dolorosas que ya sucedieron. Hacer eso, es como abrir una herida que ya ha cerrado. Cuando empieces a rebobinar una escena, vuelve al presente sabiendo que lo único que importa es lo que ocurre en estos momentos y que lo demás ya no existe.
Besos♥
jueves, 4 de febrero de 2016
Tenemos que hablar, ¿soy homosexual?
No chicos, no soy homosexual. Soy 100% heterosexual. Escribo
esta entrada para hablar precisamente de la homosexualidad.
Según el diccionario, la palabra “homosexualidad” significa: “Atracción sexual que una persona
siente hacia otra del mismo sexo”. Técnicamente, estamos hablando de “mujer con
mujer” y “hombre con hombre”. En este punto, nos salimos de la idea de que un
hombre nació para reproducirse con una mujer. Pero, ¿sería anormal si un hombre
se enamora de otro hombre? ¿Sería malo si una mujer se enamora de otra? No, por
lo menos para mí. El amor no mira géneros, solo busca un corazón donde pueda
almacenarse.
Hoy en día, la homosexualidad se ha vuelto un tabú. Se ha
convertido en un tema sumamente criticado por toda la sociedad. Y es que
actualmente, la cantidad de personas que se inclinan sexualmente por otra de su
mismo género ha crecido notablemente. Sin embargo, a la hora de criticar, las
opiniones han sido más negativas que positivas. Pero, ¿a qué se debe esto? En
mi sincera opinión, se debe a que INFINIDAD de personas no aceptan la
diversidad. Si, la diversidad. No todos somos iguales. En mi caso, me inclino
por una persona del sexo opuesto. Sin embargo, tengo amigos gays, amigas
lesbianas y amigos bisexuales. No ando criticando a nadie, pues a mí nadie me
critica por mi orientación sexual.
Imaginemos un mundo donde lo normal sería ser homosexual y
lo anormal seria ser heterosexual. Seria horrible que nos criticaran, nos
hicieran bullying por nuestra orientación sexual. ¿Lo ven? Así se sienten las
personas homosexuales. Al final de cuentas, TODOS somos iguales. En estos
momentos alguien consagrado en la Iglesia leerá esto y dirá “los homosexuales irán
al infierno”. Ahora pregunto, ¿Quién coño eres para decir quien se va al infierno?
¿Eres Dios? No, no lo eres. Yo creo en Dios y sé que su proyecto de vida no fue
unir a dos personas del mismo sexo, pero el ama a todos sus hijos por igual. No
los critica, no los señala con el dedo. Entonces, ¿Quiénes somos nosotros para
andar criticando a una persona por su orientación sexual? Pues, la
homosexualidad NO es una enfermedad como el cáncer o una condición como el síndrome
de Down. La homosexualidad es una simple orientación sexual. Ser homosexual,
ser heterosexual o bisexual no va a determinar quiénes somos o como debemos
comportarnos.
Quiero que todos sepan que todos somos iguales, no hay
distinciones. Tú, si estás leyendo esto y criticas o te burlas de alguien por
su orientación sexual, para de hacerlo. No es lindo. No es divertido.
Besos♥
jueves, 28 de enero de 2016
Decirle "adiós" al dolor.
“Me
desprendo. Ya es momento. Me desprendo de todo lo que me hace daño. “
¿Por
qué sufrimos? Es necesario. Sufrir, a veces nos hace más fuerte. Digo “a veces”,
porque no siempre sufrir tiene un propósito, no siempre sufrir nos conducirá hacia
el crecimiento personal y/o profesional. Sufrir es la manera de darnos cuenta
que hay cosas que tienen valor y, si las perdemos, no somos nada. Por ejemplo,
a veces peleamos con nuestros padres o con algún ser cercano a nosotros. Sin
embargo, si alguien trata de dañar a nuestro ser querido, lo defenderemos con
uñas y dientes si es necesario.
En
el proceso del crecimiento emocional, es necesario sufrir para darle valor a
ciertas cosas. El problema surge cuando inconscientemente, nos estamos apegando
al dolor. El dolor empieza a volverse una rutina diaria y, cuando
experimentamos una pizca de felicidad, nos sentimos raros e irreales. Siempre
buscamos la forma de volver a nuestra burbuja de dolor, ya que se ha convertido
en nuestra zona de confort. Por esta razón, he decidido hacer esta entrada.
Cuidado
con el dolor. El dolor, si no se trata a tiempo, puede llegar a ser dañino para
nuestra alma. El dolor nos seca el corazón, nos hace guardar rencor, nos hace
ver todo con malos ojos. Cuando dejamos que el dolor penetre nuestra alma y
nuestro ser, podemos llegar a convertirnos en seres inhumanos, despiadados. Por
tal motivo, debemos desprendernos de lo que nos hace daño a tiempo.
Es
hora. Es momento de tirar a la basura todo lo que nos agobia y nos hiere. Si es
un chico o una chica quien nos hace sufrir, le diremos “bye honey, I’ll be fine
without you”. Si es la obsesión por nuestro cuerpo la que no nos deja vivir en
paz, le diremos “soy un ser valioso, no soy una etiqueta. Mi valor no se mide
por un numero de la balanza”. Si son nuestros amigos los que nos hacen mal,
examinaremos bien quienes deben estar y quienes no deben estar en nuestras
vidas. Creo que es la hora de sacar todo el dolor que, evidentemente, no nos
deja continuar.
No
te aferres. No sirve de nada aferrarse a un mal recuerdo, a un mal momento, a
una terrible experiencia. No porque algo te haya sucedido una vez, te va a
suceder dos veces. Deja que todo fluya. Deja que todo tome su tiempo. “El
tiempo cura las heridas del alma”, eso dicen por ahí. No dejes que nada te
perturbe. No permitas que una mala experiencia dañe tu vida. Me he encontrado
con centenares de personas que me dicen “me fue mal con esta persona. Al final,
todos los hombres/mujeres son iguales”. No estoy de acuerdo. ¿Saben la cantidad
de gente que vive en el mundo como para amargarse la vida con una sola? El
dolor es un reflejo de que nos estamos aferrando demasiado a algo o a alguien
demasiado, olvidando que no tiene sentido aferrarse.
Es
hora de emprender un viaje. Un viaje sin perturbaciones, sin dolor, sin rabia,
sin heridas por sanar, solo nosotros y nuestra vida. La vida es una sorpresa.
Cada día te ofrece cosas nuevas. No dejes que tu vida se arruine por aquellas
cosas que te hacen daño.
Besos♥
miércoles, 20 de enero de 2016
La fe.
Hace unos pocos meses, mientras cursaba mi primer año en la
universidad, pase por los pasillos del edificio donde debía tomar mis clases de
matemáticas. Mientras esperaba a una de mis mejores amigas, escuchaba a dos
chicos hablando de Dios. Decidí prestar atención. En su dialogo, pude notar que
ninguno de los dos creían en él, pero decidí seguir escuchando. Algo que me
impacto fue cuando uno de ellos dijo: “El problema de los cristianos es que
siempre necesitan creer en algo. La fe no existe” Juro que en ese momento me
quede muy sorprendida por lo que habían dicho. Fue tanta la sorpresa que recibí,
que hasta me reí. Me reí, pues es inútil, diría que imposible que un ser
humano, sin importar si es cristiano o no, no tenga fe. Antes de nada, ¿Qué es
la fe? Según el diccionario: La fe es una
confianza o creencia en alguien o algo cuyas cualidades no necesitan ser
demostradas. Si se fijan, en ningún momento relaciono la fe con Dios, que si
bien, soy muy creyente, no es un asunto que quiera tocar ahora. Señores, la fe
es la creencia de lo que no se ve. Es confiar en algo de lo que no podemos
afirmar. Es pensar que algo va a suceder aunque no tengamos como probarlo.
Ahora, pregunto ¿puede el ser humano vivir sin tener fe? La respuesta es: no.
No puede. La fe es lo que mueve cada día la vida de un ser humano. Cuando
alguien dice: “Yo sé que puedo lograrlo, todo va a salir bien”, en ese momento,
en ese instante, esa persona está teniendo fe. No se engañen, no piensen que podemos
vivir sin fe, sin creer en algo. Todos
nosotros necesitamos creer en algo, en lo que sea.
Y tú, ¿tienes fe?
Besos♥
Suscribirse a:
Entradas (Atom)